Esta nota fue escrita por Josue Galdamez
correo: josueramos002@gmail.com
Desde la primaria se nos enseña que la palabra murciélago presenta las 5 vocales del abecedario; en la secundaria, nos enseñan que existen murciélagos vampiros y cuando crecemos, están las películas donde el murciélago es el malo de la historia. Para rematar, la pandemia del COVID-19 es atribuida a ellos. ¿Serán en realidad los murciélagos tan malos como nos los pintan?, en esta ocasión Honduras Neotropical te trae una nota sobre una especie de murciélago de la que talvez no hayas escuchado y te ayude a ampliar tu conocimiento sobre este maravillosos grupo.
No mucha gente lo sabe, pero la dieta de la gran mayoría de murciélagos (“Chiropteros”) no es basada en sangre, si no de frutas e insectos y hasta de néctar de flores, algunos incluso se alimentan de peces. Este es el caso del género Noctilio, el cual habita en la región tropical y subtropical de América, desde el occidente y este de México (Sinaloa y Veracruz) hasta el norte de Argentina, encontrándose incluso en las Islas del Caribe.
El nombre Noctilio, se deriva del latín “Noctis” que significa noche, aunque también tiene relación al francés “Noctilion”, que significa murciélago (Smith, 2008). Noctilio es el único representante de la familia Noctilionidae, familia hermana de los murciélagos bigotudos (familia Mormoopidae) y los murciélagos nariz de hoja (familia Phyllostomidae).
Son dos las especies de murciélagos pescadores que se encuentran en Honduras: Noctilio albiventris (figura 1a) y Noctilio leporinus (figuras 1b) siendo la segunda de mayor tamaño (figura 2). El murciélago pescador (Noctilio leporinus Linnaeus 1758) se registró por primera vez en Honduras en 1942, gracias a las colectas realizadas por Cecil F. Underwood entre los años 1932-1838 (Goodwin, 1942). Inicialmente se registró en Gracias a Dios, hoy en día se le ha documentado en Atlántida, Choluteca, Cortés, El Paraíso, Islas de la Bahía, Lempira, Olancho, Santa Bárbara, Valle y Yoro (Marineros y Martínez-Gallegos, 1998; Rivas, 2013; Mora et. al., 2018; Hernandez y Elvir, 2019; PCMH, comunicación personal, 2020; Kanahau, comunicación personal, 2020) (Mapa 1).
Figura 1. A: Noctilio albiventris y B: Noctilio leporinus las dos especies de la familia Noctilionidae presentes principalmente en las tierras bajas de Honduras. Se diferencian por su tamaño, dieta y horas de actividad de forrajeo. Fotografías por Josué Ramos.
Figura 2. Espécimen adulto de Noctilio leporinus, con las alas extendidas, puede medir hasta 60 cm de punta a punta con las alas abiertas. Fotografía: Josué Ramos.
Mapa 1. Distribución conocida para Noctilio leporinus en Honduras, basado en datos de literatura, observaciones personales, y datos proporcionados por PCMH.
Se le conoce también como murciélago “bulldog”, por su parecido con dicha raza de perro doméstico. La semejanza radica en que tienen el labio superior dividido y caído, formando una “V” a manera de labio leporino (Medina-Fitoria, 2014). Poseen una barbilla grande y arrugada. Las orejas están separadas, son puntiagudas y altamente móviles (tienden a doblarlas hacia atrás en momentos de estrés cuando son capturados). Los dedos y las garras de los pies presentan un tamaño considerable (Figura 3). Pelaje corto y coloración con notables variaciones de marrón, cobre y/o anaranjado, poseen además una línea pálida en medio de la espalda (Lewis-Oritt et al., 2001).
Figura 3. Detalle de los dedos de los pies de Noctilio leporinus, presentan un tamaño considerable, adaptación que optimiza la captura de presas asociadas a las superficies de agua. Fotografía por Josué Ramos.
El murciélago pescador está asociado a ríos, quebradas, estuarios y costas, donde captura su alimento -en algunas lagunas pueden observarse varios de estos individuos “pescando”-, su forrajeo comienza a tempranas horas crepusculares y se mantiene durante toda la noche. Parecen no ser afectados por la luz artificial de focos y linternas, ya que, en localidades como la Laguna del Cacao, en Atlántida (figura 4b), y localidades de La Mosquitia (figura 4a), se acercan a los haces de luz (probablemente atraídos por los insectos que se acercan a la luz).
Figura 4. Dos de las localidades en las que se ha observado actividades de forrajeo durante varias horas, A: río de caudal medio, en la Mosquitia, B: Estero de Las Mujeres, en la costa de Atlántida, Parque Nacional Nombre de Dios, registrado por Bocanegra et al., (2017). Fotografías por Josué Ramos.
Noctilio leporinus se alimenta ocasionalmente de presas como cangrejos, escorpiones, camarones y ranas arborícolas (Medina-Fitoria, 2014). Los principales insectos de los que se alimentan son hormigas (Solenophis sp.), grillotopos (Gryllotalpa sp.), escarabajos (Carabidae, Dytiscidae, Scarabeidae, Cerambycidae, Elateridae, Hydrophilidae), cucarachas (Blattidae), hemípteros (Thyanta sp.) y grillos (Gryllidae) (Hood y Knox, 1984). Pero la razón de la fama de estos voraces chiropteros es por su especialmente notoria dieta piscívora (Figura 5), ya que esto implica numerosas adaptaciones que derivan en la detección, captura y alimentación de presas que están bajo la superficie acuática, detectando minúsculas ondulaciones producidas en la superficie del agua (Suthers, 1965). Ésta formidable capacidad ha llamado la atención de mastozoólogos (estudiosos de los mamíferos) alrededor del mundo.
Al terminar la noche los murciélagos buscan refugio en huecos de árboles o cuevas en números que pueden ir desde unos pocos hasta cientos de individuos; incluso pueden compartir dichos refugios con otras especies, como el murciélago vampiro (Desmodus rotundus).
Figura 5. Adulto de Noctilio leporinus comiendo un pez de agua continental en la Mosquitia hondureña. Fotografía por Josué Ramos.
Según los especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el estatus de esta especie es de “preocupación menor” (LC), sobre todo a causa de su amplia distribución. Sin embargo, en Honduras esta especie habita lugares que están siendo severamente intervenidos, por lo que es necesario monitoreos y estudios sobre sus poblaciones. Es por esto que en Honduras se han venido desarrollando alternativas y programas para el estudio y conservación de estos enigmáticos y estigmatizados voladores nocturnos. Entre estas medidas se pueden mencionar el Programa de Conservación de Murciélagos de Honduras (PCMH) parte de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (RELCOM). Recientemente un grupo de biólogos han formado un grupo de investigación de murciélagos, conocidos como “The Big Bat Theory”, quienes han estado realizando acciones en pro del conocimiento y conservación de la diversidad de chiropteros hondureños.
Figura 8. A: miembro de The Big Bat Theory trabajando en campo, en recolección de datos morfométricos de Noctilio leporinus. B: charla sobre el murciélago pescador, In situ, dirigida a comunidades misquitas, C: Trabajo en campo por miembros y voluntarios del PCMH trabajando en recolección de datos de Noctilio leporinus en Catacamas, Olancho. Fotos por A y B Josué Ramos, C: Jonathan Hernández.
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LITERATURA CITADA
Bocanegra, V. D., J. E. Mérida, y G. A. Cruz. 2017. Ampliación del ámbito del murciélago Lasiurus ega (Chiroptera: Vespertilionidae) en Honduras. Cuadernos de Investigación UNED 9(1): 87-90.
Goodwin, G. G. 1942. Mammals of Honduras. Bulletin of the American Museum of Natural History 79: 107-195.
Hernández, D. J. 2015. Programa de Conservación de Murciélagos de Honduras (PCMH); en Estrategia Centroamericana para la conservación de los murciélagos, Rodriguez, B. H y R. Sánchez eds. Costa Rica. 41-55.
Hernández, D. J., Cabrera, G. y F. Elvir. 2019. Diversidad de murciélagos en el sistema insular del Golfo de Fonseca, Honduras. CODDEFFAGOLF. 20pp.
Hood, C. S., y J. K. Jones. 1984. Noctilio leporinus. Mammalian Species 216: 1-7.
Lewis-Oritt, N., R. A. Van Den Bussche, y R. J. Baker. 2001. Molecular evidence for evolution of piscivory in Noctilio (Chiroptera: Noctilionidae). Journal of Mammalogy, 82(3): 748-759.
Marineros, L. y F. Martínez-Gallegos. 1998. Guía de campo de los mamíferos de Honduras. INADES. Tegucigalpa, Honduras. 374pp.
Medina-Fitoria, A. 2014. Murciélagos de Nicaragua, guía de campo. dirección de Biodiversidad MARENA, Nicaragua. 278pp.
Mora, J. M., L. I. López, M. R. Espinal, L. Marineros, y L. A. Ruedas. 2018. Diversidad y conservación de los murciélagos de Honduras. Master Print S. del R. L., Tegucigalpa, Honduras. 284pp.
PCMH. 2016. Los murciélagos del Aarea propuesta como Parque Nacional Cuyamel/Omoa, Golfo de Honduras: un atractivo de Biodiversidad. Cuerpos de Conservación Omoa, Omoa Cortez. 14pp.
Rivas, A. M. 2013. Distribución de los murciélagos de Honduras según el uso de la tierra. Proyecto especial de graduación presentado como requisito parcial para optar al título de Ingeniería en Ambiente y Desarrollo en el grado académico de licenciatura. Escuela Agrícola Panamericana, Zamorano, Honduras, i-vi+44pp.
Smith, P. 2008. Lesser bulldog bat Noctilio albiventris. Mammals of Paraguay 22: 1-15.
Suthers, R. A. 1965. Acoustic orientation by fish-catching bat. Journal of Experimental Zoology 158: 319-348.
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