Te has preguntado ¿cómo y por qué tus abuelas y abuelos saben tanto de hierbas medicinales, alimenticias, venenosas, para construcción, leña, conservación de agua, abonos y múltiples usos? Aquí te explicaremos sobre la etnobotánica, la ciencia de las abuelitas.
Persona de la tercera edad cargando la planta aceitilla para descongestionamiento de las vías respiratorias; Lugar: Santa Cruz de Guasabasque, Lempira
Desde la antigüedad, las sociedades rurales han dado distintos usos a las plantas para solucionar ciertos problemas que surgían en su vida cotidiana. Este conocimiento popular se ha transmitido a lo largo de los años de generación en generación. Con la crisis del mundo rural, existe una creciente amenaza de pérdida de estos conocimientos y de muchos aspectos relacionados con el aprovechamiento de las plantas como recursos naturales (Úbeda, 2011). Como una muestra de esta riqueza de conocimientos en el ámbito de la alimentación tradicional en Honduras donde es posible documentar funcionalmente el uso de diferentes recursos alimenticios: “Entre los alimentos contamos en primer lugar con el maíz que además de alimento constituye un elemento de identidad para muchos de nuestros pueblos americanos. Existe una diversidad de variedades de frijoles, ayotes, yucas, amarantos (guate, eligue o bledo), pacayas, palmitos, tubérculos (camotes, ñames, vadú, malanga, yuca cubana, casco de burro, guapala), inflorescencias aprovechables (macúz, izote, lorocos, mutas, madreado, pito o gualiqueme, saizocos y flores de ayotes), quiletes, verdolaga, juniapa, chaya, mostazas, lechugas silvestres, chipilín, espinacas, bambú, yerba mora. Frutas como mazapán, zuncuyas, paternas, aguacates, suptes, masica (ojushte o ramón), cilacayotes o chiberros, ciguanperos (cununo, champel o champeres), patastes, tomates de diferentes tipos, diversidad de guineos o bananos y hongos (shoras de mecate, shoros soles, juanillas, cuernos de venado, chequecas, etc.)” (La Sigualepa, 2017).
Chilacayote o Chiberro utilizado en varias regiones del país para elaborar muchas recetas, entre ellas el famoso alcitrón. Lugar: Yamaranguila, Intibucá.
No nos gusta tomar los menjurjes que preparan nuestras madres, y ¡mucho menos los de nuestras abuelas! Estas suelen ser mezclas de hierbas que ni siquiera conocemos o podemos pronunciar sus nombres. Estos rasgos culturales y conocimientos corren el riesgo de desaparecer por completo. Evitar la pérdida de invaluables conocimientos del patrimonio cultural intangible de nuestro país. Ante la necesidad de acudir a los recursos naturales que tienen las comunidades, mediante el uso de plantas con propiedades medicinales para aliviar como mínimo los problemas de salud primaria, es de especial relevancia ya que un gran porcentaje de la población mundial, sobre todo en países en vías de desarrollo como el nuestro, emplean plantas para afrontar entre otras, las necesidades primarias de alimentación y hasta de asistencia médica (Zambrano et al., 2015). Las necesidades de material vegetal durante muchos años y en la actualidad, han sido solucionadas mediante la recolección de plantas silvestres, sin un criterio científico, lo cual resulta ineficaz y antieconómico.
Huerto casero en una comunidad lenca de Yamaranguila, Intinucá.
En Honduras la investigación básica y aplicada se ha desarrollado muy fragmentariamente y sin un objetivo predefinido para la colecta de plantas silvestres mas como un ejercicio pedagógico, que no forma parte de iniciativas articulada con el fin de dar respuesta a la demanda de información confiable para la constitución de respuestas aplicadas al desarrollo con una visión de respuesta articulada a las necesidades de las poblaciones y sus territorios. Lo que constituye al país en un espacio virgen para la realización de iniciativas de identificación, rescate de la biodiversidad natural y apropiada presente en territorios indígenas y campesinos, ricos manifestaciones culturales todavía vigentes en nuestros aldeas, pueblos y ciudades, ya que indígenas y campesinos al emigrar, muchos han traído consigo algunos de estos elementos, que han adaptado en ámbitos urbanos y urbano-marginales en que se han establecido.
El interés de instituciones nacionales e internacionales, puede verse atraído la identificación, investigación en contexto de la diversidad de plantas y animales a que tienen acceso las comunidades indígenas dentro de sus espacios naturales, áreas de cultivo y a nivel del entorno de sus hogares en incluso el desarrollo de sistemas agroforestales climáticamente consistentes con la conservación, la restauración de paisajes erosionados o muy degradados y el desarrollo de iniciativas de manejo de la biodiversidad natural y apropiada teniendo en consideración las necesidades familiares, comunitarias, regionales e incluso las demandas de mercados internacionales bajo criterios de una comercialización alternativas que aprecia y valora el valor biológico de los productos generados y recompensa adecuadamente a sus productores y productoras.
La situación económica contemporánea de las comunidades indígenas y campesinas de Honduras se caracterizan por ingresos mínimos en efectivo, desempleo y subempleo debido a su bajo nivel educativo, acceso a recursos (tierra, agua, transportes y mercados), así como la nula presencia de asistencia técnica profesional y una inserción forzada al mercado en condiciones desventajosas para pequeños y medianos productores familiares comunitarios. En las áreas rurales las comunidades carecen de centros de salud, clínicas u hospitales y deben desplazarse largas distancias o esperar las brigadas de apoyo externo, respuesta gubernamental o proyectos internacionales. Esto lleva a preservar funcionalmente sus recursos y prácticas tradicionales y la búsqueda de solución a sus problemas cotidianos en especialistas locales que siempre están presentes en la comunidad o en comunidades vecinas dentro de sus territorios más próximos.
La identificación, rescate y documentación de estos conocimientos y prácticas utilizados para resolver sus problemas en diferentes ámbitos de la vida cotidiana a nivel de comunidades indígenas rurales y de zonas urbano marginales constituye una deuda pendiente de nuestros centros de formación a diferentes niveles y poder profundizar en el estudio y búsquedas de alternativas a partir de los recursos, conocimientos y prácticas preservados por los pobladores y pobladoras de nuestros campos y ciudades.
Anciana tolupán detrás de planta de cancerina ( Kalanchoe), como su nombre común indica, es usada popularmente en el tratamiento de cáncer
La etnobotánica no sólo consiste en el simple enlistado de especies vegetales “útiles” como muchos creerían, sino en el estudio de las interrelaciones de los seres humanos con las plantas. La etnobotánica tiene como objetivo la búsqueda y rescate del conocimiento tradicional de las plantas y hongos, particularmente el relacionado a conservación, propagación y aprovechamiento de la flora como un recurso de gran importancia para las comunidades humanas y su desarrollo ambiental, social y económico. Debemos aprovechar antes de que sea demasiado tarde, para el estudio de los conocimientos de las comunidades indígenas y campesinas en torno a nuestras áreas boscosas naturales, localizadas en una diversidad de contextos geográficos diferenciados, pues debido a la acelerada perdida y transformación acelerada del conocimientos y prácticas, se corre el riesgo de perder muchos elementos del saber y actuar de nuestros pueblos en torno a los recursos y oportunidades a que vienen haciendo acopia a lo largo de los años.
Muchos hemos pasado por la preocupación en sociedades como la nuestra, estos trabajos de rescate y profundización deben ser realizados de forma urgente porque la pérdida de conocimientos es mucho más rápida y se debe ir más allá de la investigación botánica, puesto que sus metas se concentran alrededor de la significación o valor cultural de las plantas en determinadas comunidades humanas (Barrera, 1976).
Se estima que, una de cada siete especies vegetales en el mundo, posee alguna propiedad curativa, pero la validación químico-farmacológica y biomédica sólo se ha llevado a cabo en 5% de estas especies (Veloza, 2014). La etnobotánica es una herramienta útil para el rescate del conocimiento sobre el uso de recursos vegetales silvestres y cultivados que por siglos vienen siendo aprovechados por la humanidad. Para el caso una de las industrias comerciales como la Merck de Alemania financia iniciativas que tienen que ver con el envío de misiones de 30 científicos hasta nuestras comunidades campesinas e indígenas para recolectar hasta 10,000 muestras a veces surgen dos productos comerciales. Mientras que la farmacéutica Suiza Shaman Chemical envía a una misión de cinco científicos a nuestras a nuestras comunidades indígenas o campesinas para recolectar en contexto las plantas o animales utilizados dentro de sus prácticas curativas y de cada dos muestras que recolectan surgen dos productos comerciales. Esto puede servirnos para hacer un balance positivo sobre la importancia de una adecuada valoración económicas de los conocimientos y prácticas tradicionales de nuestras comunidades indígenas y campesinas.
Existe la importancia de realizar estudios interdisciplinarios que puedan aportar información de base para la realización de proyectos con aplicaciones múltiples que articulen el aporte de diferentes disciplinas: Historia, Antropología, Geografía, Ecología, Etnobotánica, Química y más recientemente la Agroecología para el rescate, preservación y aplicación al desarrollo del conocimiento tradicional y ancestral de las comunidades y sobre la múltiples implicaciones e interligaciones que desde una visión articulada de estas disciplinas se pueden abordar ahora y sobre todo frente al futuro.
Persona de la tercera edad cargando mazorcas de maíz para semillas en Guajiquiro, La Paz.
No debe olvidarse nunca que los primeros beneficiarios de estos estudios etnobotánicos bajo una visión que hace acopio de diversas disciplinas científicas deben ser los portadores y portadoras de los conocimientos y prácticas tradicionales y de sus comunidades. Contribuyendo una herramienta valiosa para el desarrollo de regiones deprimidas, estudiando tanto los recursos vegetales locales como su gestión sostenible (Pardo & Gómez, 2003). Hay que destacar la importancia de promover a futuro estudios de carácter etnobotánico y químico, a través de la colecta de plantas de uso tradicional y sus posteriores pruebas en laboratorio e industrialización para ser aprovechadas en respuestas aplicadas a diferentes dimensiones territoriales. Donde por ejemplo la información recopilada puede ser útil para quienes deseen conocer acerca del mercado de plantas medicinales, alimenticias y culturales como materia prima para la elaboración de proyectos de desarrollo ambiental, social y económico. Guardando las reservas del caso, pues muchas veces el conocimiento de estas comunidades es estudiado para ser absorbido por las grandes industrias farmacéuticas y sin reportar beneficios para el desarrollo de los territorios de procedencia de los recursos y conocimientos y prácticas botánicas tradicionales de comunidades campesinas e indígenas. Pues los resultados de los estudios etnobotánicos deben tener como propósito -además de la generación de conocimiento- impulsar el desarrollo económico de las comunidades por medio del descubrimiento de nuevas especies, así como diversificar los usos, tanto en el aspecto medicinal, en tecnología alimentaria, al igual que en aspectos culturales, etc. (Latorre, 2008). Recalcando la importancia de aportar al desarrollo de las comunidades campesinas e indígenas localizadas dentro de las jurisdicciones territoriales donde han tenido lugar las investigaciones.
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Por: Eylin Ordóñez, Bióloga
LITERATURA CITADA
Ardón Mejía, M. (2017) La Sigualepa: Estudios sobre Cultura Popular Tradicional Aplicada. Ed. Universitaria UNAH, 524pp. Tegucigalpa, Honduras.
Barrera, A. (1976). La Etnobotánica. Cuadernos de Divulgación, México, D.F. Núm. 5: 9-12.
Latorre, J. A. (2008). Estudio Etnobotánica de la Provincia de la Coruña. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia. Facultada de Farmacia Departamento de Botánica. 690 pp.
Pardo de Santayana, M. & Gómez Pellón, E. (2003). Etnobotánica: aprovechamiento tradicional de plantas y patrimonio cultural. Anales Jard. Bot. Madrid 60(1): 171 -182.
Úbeda, J. (2011). Recursos Naturales y Etnobotánica: Usos y aprovechamientos de las plantas de la Cañada Real Segoviana en Toledo. 205 pp.
Veloza, F. (2014). Estudio Etnográfico del Tratamiento del Accidente Ofídico en el Municipio de San Luis, Departamento de Antioquia, Percepciones y Creencias de la Comunidad. Bogotá, Colombia. 76 pp.
Zambrano, L., Buenaño, M., Mancera, N. & Jiménez, E. (2015). Estudio Etnobotánico de plantas medicinales utilizadas por los habitantes del área rural de la Parroquia San Carlos, Quevedo Ecuador. Rev Univ. Salud, 17(1):97-111.
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