Carpinteros belloteros en agujero de anidación. Parque Naciones Unidas, Honduras. Foto: Mario Ardón.
El carpintero bellotero (Melanerpes formicivorus) es una ave llamativa y bulliciosa, que sin embargo por ser común y fácil de encontrar puede pasar desapercibida. Pero aquí mencionaremos dos interesantes motivos por los cuales podrías dedicarle más atención cuando veas a una (aunque probablemente varias a la vez) de estas aves.
El carpintero bellotero se distribuye desde el oeste y sur de los Estados Unidos, pasando por México, América Central, hasta el norte de Colombia. Se encuentran ampliamente distribuidos en bosques de asociaciones de pino-roble, pero sobre todo muestran preferencia por los bosques de roble (Quercus sp.). Dos aspectos sobresalientes de esta ave son su dieta y vida social. El carpintero bellotero ha divergido de la mayoría de las especies de pájaros carpinteros, ya que almacena alimento y vive en familias.
Alimentación
Haciendo honor a su nombre, los carpinteros belloteros se alimentan principalmente de bellotas de roble y de insectos, pero su dieta es diversificada y a la vez oportunista. Pueden libar (lamer) savia de los árboles, ya sea porque perforan la corteza ellos mismos, o explotan las perforaciones hechas por sus primos, los carpinteros “chupasavias”. Se alimentan de inflorescencias (amento) de los robles y en los parques urbanos donde habitan pueden consumir los desperdicios de los visitantes, y si hay perros cerca de sus territorios, escondan las croquetas porque estas aves las harán desaparecer. Pero lo interesante no es conocer que esta ave podría robarse las croquetas de tu mascota, sino lo que pueden hacer con ellas después: almacenarlas.
(Izq.) Carpintero bellotero alimentándose de flores de un árbol de roble (Quercus sapotifolia). (Der.) Individuo con concentrado para perro.
Los carpinteros belloteros son bien conocidos por almacenar bellotas de roble, pero es su peculiar comportamiento de perforar un impresionante número de agujeros (principalmente en Norte América) en la corteza y ramas secas de los árboles, para guardar los frutos de robles en agujeros individuales, lo que los vuelve interesantes. Dentro de los territorios de estas aves se puede encontrar uno o más árboles exclusivos para el almacenamiento de bellotas, llamados “graneros”, los que al mantener una importante fuente de alimento suelen ser defendidos de otros animales. Los graneros pueden contener miles de bellotas (principalmente en Norte América; y cientos de bellotas en el resto de su distribución), pero tal majestuosa alacena es resultado del trabajo de varias generaciones de carpinteros belloteros que heredan el territorio.
Carpintero bellotero en árbol granero. Parque Naciones Unidas, Honduras.
Los carpinteros belloteros son aves realmente ocupadas. Buscar bellotas y almacenarlas no es trabajo fácil. Después de obtener una bellota se debe buscar el agujero adecuado para esta y cuando las bellotas se van secando con el tiempo y se encogen, se deben trasladar a otro agujero para evitar que se caigan del granero, por lo que es un trabajo muy demandante. Y ¿que sucede si la producción de bellotas no es buena y las aves no almacenaron suficientes bellotas durante el otoño para sobrevivir los fríos inviernos en el norte? Las aves abandonan sus territorios y migran a otras áreas; es por eso que las familias de carpinteros belloteros suelen encontrarse en hábitats con más de una especie de roble, ya que, si una especie tiene mala producción de bellotas, las otras especies pueden compensar la pérdida.
Y si de alimentarse de insectos se trata, los carpinteros belloteros son expertos atrapando insectos en vuelo. Son voladores potentes y versátiles, contrario a la mayoría de los pájaros carpinteros (familia Picidae), que prefieren extraer insectos haciendo perforaciones en los árboles. Un área alar relativamente larga y una carga alar proporcionalmente pequeña, favorece la maniobrabilidad a altas velocidades (Bock 1970). Pero como hablamos de acumuladores, si los insectos atrapados (ya sea mediante captura en vuelo o espigueo [“gleaning”]) son de gran tamaño, estos serán almacenados en “anvils” o entre las grietas de la corteza para consumirlos posteriormente. Los “anvils” o yunques, son ranuras sobre superficies casi planas, las cuales permiten la sujeción del alimento y evitan que las bellotas salgan rodando mientras son consumidas (MacRoberts y MacRoberts 1976).
Pero la vida social de estas aves puede resultar igual o más fascinante que su comportamiento de almacenar bellotas. Si observas a un individuo es probable que en cuestión de tiempo aparezcan más y te entretengas con sus ruidosas vocalizaciones.
Organización social
El carpintero bellotero es un ave muy social que vive en grupos conformados por individuos de ambos sexos y todas las edades, que defienden y comparten un territorio multi-uso (MacRoberts y MacRoberts 1976); aunque en ocasiones se les puede encontrar en parejas, lo que demuestra su plasticidad social. Los grupos familiares pueden estar constituidos por un número de hasta 15 individuos, aunque las familias de 6 individuos son más frecuentes. El sistema de apareamiento del carpintero bellotero puede parecer algo bizarro; se conoce como poliginandria, y consiste en dos o más machos que se relacionan con dos o más hembras (Koenig et al. 1995). Como si esto no fuera bastante inusual, además cuentan con la asistencia de ayudantes de nido, estos son miembros no reproductores que retrasan su dispersión y permanecen en el territorio familiar y ayudan en la crianza de los nuevos miembros de la familia; algo así como hermanos mayores. A esto se le conoce como crianza cooperativa.
Tres miembros de un grupo de carpinteros bellotero desafiando la gravedad.
Los miembros del grupo pueden realizar una serie de actividades conjuntas que incluyen: construcción de cavidades para anidación, incubación, protección y alimentación de las crías; también participan en el almacenamiento de bellotas, así como en la construcción de agujeros de almacenamiento y defensa de los mismos. Mientras las aves se desenvuelven en cualquier actividad, suelen emitir vocalizaciones constantemente, posiblemente para mantenerse en contacto (Kattan 1988) y su característica vocalización “waka-waka” (que a mis oídos suena a un “grruaka grruaka”), pueden ser acompañadas de una demostración que consiste en el despliegue de ambas alas y se considera un saludo.
Pero no todo es paz en los grupos familiares de los carpinteros belloteros dado que las aves reproductoras: machos y hembras, pueden competir por el apareamiento y por depositar el mayor número de huevos propios, respectivamente. La competencia entre las hembras puede llevar a la expulsión de huevos del nido, los cuales una vez estando fuera de la cavidad de anidación pueden ser consumidos por los mismos miembros del grupo o incluso por la hembra que los extrajo. En un grupo con tales hábitos reproductivos no pueden faltar los mecanismos para evitar el apareamiento entre parientes. Las aves no reproductoras pueden migrar, después de unos años, hacía otros grupos donde haya una vacante o pueden heredar el territorio de su familia. Las disputas por llenar una nueva vacante pueden llegar a ser agresivas y consisten en el enfrentamiento directo del ave migrante contra un adulto reproductor.
La próxima vez que tengas la oportunidad de encontrarte con un carpintero bellotero no pierdas la oportunidad de prestarle más atención a esta bulliciosa, llamativa e interesante ave.
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Por: Stefany Flores, Bióloga
Bibliografia
Bock CE. (1970). The ecology and behavior of the Lewis’ Woodpecker (Asyndesmus lewis). University of California Publications in Zoology 92: 1-100.
Kattan G. (1988). Food habits and social organization of Acorn Woodpecker in Colombia. Condor, 90(1): 100-106.
Koenig WD, PB Stacey, MT Stanback and RL Mumme. (1995). Acorn Woodpecker (Melanerpes formicivorus). The birdw of North America, No. 194 (ed. by Poole and F. Gill). Academy of Natural Sciences, Philadelphia. American Ornithologists’ Union, Washington DC.
MacRoberts MH and BR MacRoberts. 1976. Social organization and behavior of the Acorn Woodpecker in Central Coastal California. Ornithological Monographs No. 21.
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