Porque ser un buen bailarín importa en algunas especies…
En esta ocasión nos adentramos de nuevo en el mundo de las aves, y es que son los vertebrados que podemos detectar con mayor facilidad en cualquier ambiente. Solo necesitamos poner un poco de atención al despertar, inundado por el melodioso canto de los zorzales Turdus grayi, o el grave y profundo, aunque más sutil, canto de una paloma ala blanca Zenaida asiatica. Si bien, los manaquinos son aves con cantos singulares, son sus pasos de baile los que capturan toda la atención y los vuelven interesantes.
Saltarín collarejo (Manacus candei) macho. Foto ©Luke Seitz/ Macaulay Library.
Los manaquinos pertenecen a la familia Pipridae, aunque la taxonomía de esta familia ha tenido algunos cambios en los últimos años. Se les conoce también como saltarines o bailarines y se distribuyen en el Neotrópico. Se distribuyen desde el sur de México pasando por Centroamérica hasta el centro de América del Sur. Habitan principalmente en bosques tropicales y subtropicales húmedos de baja altitud. La familia Pipridae está conformada por alrededor de 50 especies. En Honduras se encuentran cuatro especies de saltarines (ver Tabla 1) pertenecientes a cuatro géneros distintos de acuerdo a los últimos reportes de Mejía y Zelaya, 2015 y Avibase, 2019.
Fuente: Avibase (Taxonomía de Clements, versión 2019); Mejía y Zelaya (2015).
Los manaquinos son aves pequeñas y activas cuyo tamaño varía entre los 8–16 centímetros. Poseen un pico corto, cola corta (salvo por algunas excepciones) y presentan un encantador cuerpo regordete. Se alimentan principalmente de frutas (frugívoros) por lo que cumplen una importante función en la dispersión de semillas, pero también consumen insectos (Rafferty, 2012). Los nidos de estas especies tienen forma de copa y su construcción así como el cuidado de los polluelos es realizado únicamente por las hembras. Los manaquinos exhiben un marcado dimorfismo sexual, es decir, que macho y hembra muestran características físicas distintas ya sea en forma, coloración o tamaño. El plumaje de las hembras y los individuos inmaduros es de color verde oliva, un plumaje sombrío que fácilmente se pierde entre la vegetación, pero los machos son totalmente diferentes.
Saltarín collarejo (Manacus candei) hembra en nido en forma de copa. Foto ©Maye Guifarro / Macaulay Library
Los manaquinos machos son aves de muy buena apariencia, presentan plumajes coloridos y muy atractivos cuya función es atraer pareja y lograr el apareamiento. Pero las hembras no son fáciles de complacer durante el cortejo, y la apariencia no lo es todo para estas aves. Junto al llamativo plumaje, los machos emiten vocalizaciones y despliegan movimientos de baile que pueden ser muy complejos, y por si esto fuera poco, también emiten sonidos con sus plumas o al chocar las alas. La variación física entre hembra y macho, ha sido de bastante interés desde Charles Darwin (padre de la biología moderna), quien consideró la selección sexual como una importante fuerza que impulsaba rasgos exuberantes (el ejemplo más común es el del pavo real) preferidos por las hembras y que podían llegar a comprometer la supervivencia del macho.
Exhibir colores llamativos en la naturaleza significa ser un blanco fácil. Si un macho presenta un plumaje de colores vivos, esto serviría como indicador de que tiene la condición necesaria para evitar a los depredadores; y si muestra una buena rutina coreográfica reflejaría que ha invertido tiempo para el perfeccionamiento de sus pasos de baile, lo que se traduce en experiencia. Pero no se debe olvidar que al practicar el cortejo, el macho no estará solo, a esta actividad se le aumenta el grado de dificultad al considerar nuevamente que está sujeto a la depredación. Estos elementos demuestran a las hembras que tienen una buena condición, es decir, que pueden heredar buenos genes a su descendencia.
Saltarín colilargo o toledo (Chiroxiphia linearis), nótese las dos plumas (rectrices) que sobresalen de su cola. Foto ©Kenneth Reyes / Macaulay Library
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¿Y dónde se llevan a cabo tan elaboradas rutinas de baile? En los leks. Los leks son áreas de cortejo que utilizan los machos para atraer a las hembras y aparearse. Los machos defienden estos territorios (que pueden variar en dimensión según la especie) en los que no poseen recursos, y anuncian su presencia mediante cantos y demostraciones visuales. El lek es como un salón de demostración y las aves hacen una limpieza a su territorio (ej. eliminan hojas caídas, ramitas o extraen pequeñas plántulas en crecimiento) antes de realizar sus exhibiciones. Las vocalizaciones emitidas durante las demostraciones son muy singulares y, de hecho, la siringe (el órgano que permite el canto) de estas aves muestra mucha variación, incluso se puede llegar a diferenciar las especies por su siringe.
Saltarín cuello blanco (Corapipo altera) macho perchado. Foto ©Jay McGowan / Macaulay Library
Las rutinas coreográficas también varían entre especies. En los casos del saltarín colilargo y el saltarín cuello blanco, las demostraciones de cortejo requieren de la cooperación (de uno o dos machos más) para lograr llamar la atención de una hembra y aparearse con ella, aunque algunos saltarines cuello blanco macho pueden realizar exhibiciones en solitario (Rosselli et al 2002). Las asociaciones entre machos pueden llegar a durar años, hasta 10 años en algunos casos ¿Cómo se coordina la coreografía en estos casos? La asociación es liderada por un macho alfa, quien es el único que logrará aparearse. El macho beta se beneficia de aprender y practicar con un macho experimentado, y posteriormente podrá heredar el lek cuando el puesto de alfa esté disponible (Greig, 2018).
El saltarín collarejo, muestra un cortejo más simple. En esta especie las demostraciones se realizan a baja altura, previamente realizando una limpieza de la pista de baile para asegurarse de ser el centro de atención. Las exhibiciones consisten en desplazamientos aéreos (saltos) desde el tallo de una planta a otra y durante el viaje sus alas se tocan encima del cuerpo emitiendo un sonido similar al de un chasquido. Los leks pueden estar cerca, por lo que permiten a las hembras observar (evaluar) a los machos en un corto periodo de tiempo y distancia. Cuando la hembra encuentra a un macho de su elección, estos comenzarán a desplazarse juntos aumentando rápidamente la intensidad de los saltos hasta culminar con el apareamiento. En el siguiente vídeo encontrarás el despliegue de cortejo de M. candei.
White-collared Manakin (Manacus candei) - Courtship dance and mating, por Arnon Dattner (Youtube, 2016).
Pero una de las demostraciones de cortejo más populares (entre los saltarines) es la del saltarín cabeza roja. Si has escuchado hablar del pájaro Michael Jackson, pues primero que no te sorprenda que pertenezca a esta familia de aves y segundo, que se trata de una especie que puede encontrarse en los bosques húmedos de la zona norte del territorio hondureño, en áreas protegidas como el Parque Nacional Cerro Azul Meámbar, PN La Muralla y PN Sierra de Agalta, así como en San Pedro Sula, Tela, La Ceiba, Trujillo, y en La Mosquitia. El baile de cortejo del Saltarín cabecirrojo, no deja de ser tan impresionante como el resto de despliegues de cortejo de los saltarines, y hasta ha llegado a ser comparado con el icónico paso “moon-walking” de Michael Jackson. Aquí te dejamos un vídeo que muestra la exhibición de cortejo realizada por esta especie.
Red-Capped Manakin Mating Dance, por Feya Farseer (Youtube, 2019).
Ahora ya sabes que ser un bailarín en la naturaleza es un trabajo desgastante, con el que estas especies obtienen la mayor recompensa que existe en la naturaleza: la pareja perfecta para procrear su descendencia.
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Por: Stefany Flores, Bióloga
LITERATURA CONSULTADA
Rafferty, J (ed.). (2012). Manakin. Enclyclopaedia Britannica
Greig, E. (2018). Manakin’s wild courtship rituals explained. Bird Watching
Mejía MM & Zelaya CA. (2015). Honduras birding paradise checklist. USAID; ASHO.
Newton E. (2016). Manakin mania: the birds that dance with style. The University of Melbourne.
Rosselli L, P Vásquez y I Ayub. (2002). The courtship displays and social system of the White-Ruffed Manakin in Costa Rica. The Wilson Bulleti
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